Quien parpadea teme a la muerte plantea una pregunta fundamental. ¿Deben pagar los hijos los errores de sus padres? Knud Romer es un danés nacido en 1960 hijo de madre alemana. Durante su infancia tuvo que soportar los insultos y vejaciones que tanto su madre y él sufrían por el simple hecho de ser alemanes. No importaba en absoluto que la madre del autor hubiese formado parte de la resistencia y hubiese experimentado la pérdida de seres queridos por la represión de Hitler dentro de Alemania ante las voces discordantes. Ni siquiera se molestaron en preguntarse por el papel que Hilde había tenido en la Alemania del Tercer Reich. Era alemana y eso era suficiente para condenarla y también a su hijo, aunque fuera danés de nacimiento. Esta novela autobiográfica de la infancia del autor es también una novela homenaje hacia la fortaleza de la madre. Una mujer que perdió al gran amor de su vida en horribles circunstancias y que no se dejó amedrentar por el vacío y los insultos de sus vec
Uno de los momentos más bellos de la película Rebeldes , de Francis Ford Coppola y basada en la novela homónima de S. E. Hinton publicada en 1967, es cuando Ponyboy Curtis relee la carta de despedida que le dejó escrita su mejor amigo Johnny justo antes de morir. En ésta, Johnny, un adolescente, le explica a su amigo el significado del poema Nothing Gold Can Stay , de Robert Frost , el cual Ponyboy le había recitado en la soledad y aislamiento de una iglesia abandonada en la que deben esconderse tras un incidente de consecuencias dramáticas. A los dos les gusta el poema e intuyen que habla de algo hermoso, pero no logran entenderlo. Ponyboy y Johnny están ante un momento especular fallido, porque el poema trata de ellos mismos y en ese momento no logran reconocerse. El poema también habla del resto de sus amigos, los cuales ya han dejado de ser oro y de Johnny, quien será oro siempre porque muere antes de haber tenido la oportunidad de dejar de serlo. Nature's first g
Esta semana he tenido acceso por casualidad a un artículo de hace dos años publicado en The Guardian en el que se explican las ventajas de escribir en la cama. Da además algunos ejemplos, entre ellos el muy conocido de Marcel Proust . Mark Twain A mí nunca me ha parecido que escribir en la cama deba ser algo especialmente cómodo. Es más, por las mismas necesidades de la escritura debe ser relativamente sencillo tener la necesidad de levantarse de la misma con cierta frecuencia para hacer consultas en materiales de referencia. El contraste de temperatura entre entrar y salir, sobre todo en invierno, me parece una tortura. Ahora, con internet, esta necesidad debe haberse reducido drácticamente, pero en la época de Proust, internet no existía. Ni siquiera era concebible. Pero seguro que Proust tenía criada. Cuando estudiaba en la universidad, Fernando Valls , uno de los profesores de literatura que tuve, nos explicó el caso de un escritor español que en un momento dado decidió
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