Familias podridas

Hay en las familias algo que apesta. Una podredumbre recocida, fermentada. Cuanto más miembros tengan las familias, peor. Más riesgo de que existan miembros perturbadores que dejen a su paso una estela de dolor que será recogida generación tras generación, como si de la maldición del pecado original se tratase. La lectura de Nada se opone a la noche , de Delphine de Vigan me ha recordado los versos clarividentes de Philip Larkin , en los que los padres son los verdugos de sus hijos, para que éstos, a su vez, pasen llegado el momento del rol de víctima al de verdugo en una cadena de dolor que se prolonga hasta el infinito: This Be the Verse They fuck you up, your mum and dad. They may not mean to, but they do. They fill you with the faults they had And add some extra, just for you. But they were fucked up in their turn By fools in old-style hats and coats, ...