Esta semana he tenido acceso por casualidad a un artículo de hace dos años publicado en The Guardian en el que se explican las ventajas de escribir en la cama. Da además algunos ejemplos, entre ellos el muy conocido de Marcel Proust . Mark Twain A mí nunca me ha parecido que escribir en la cama deba ser algo especialmente cómodo. Es más, por las mismas necesidades de la escritura debe ser relativamente sencillo tener la necesidad de levantarse de la misma con cierta frecuencia para hacer consultas en materiales de referencia. El contraste de temperatura entre entrar y salir, sobre todo en invierno, me parece una tortura. Ahora, con internet, esta necesidad debe haberse reducido drácticamente, pero en la época de Proust, internet no existía. Ni siquiera era concebible. Pero seguro que Proust tenía criada. Cuando estudiaba en la universidad, Fernando Valls , uno de los profesores de literatura que tuve, nos explicó el caso de un escritor español que en un momento dado decidió ...
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