Esta delicadeza que me da tanta pereza...


Seguro que ha tenido mucho éxito, en lo que a ventas se refiere, y es cierto que ha recibido muchos premios en Francia, como el premio de los Lectores de Télégramme, el premio An Avel o el premio 7ème Art y ha sido finalista de los premios Goncourt, Renaudot, Médicis, Fémina, Interallié… Lo que no deja de preocuparme porque yo tenía a Francia por un país mucho más culto, literario y, en general, con mucho más buen gusto que España, pero ya veo que no.

La delicadeza , de David Foenkinos, publicada por Seix Barral, es una novela con trampa. Una novela con más azucar que chicha. En fin, una especie de engañabobos especialmente diseñado para que todos aquellos incautos y, sobre todo, incautas, caigan en sus redes. No me halaga que cuando piensen en mí, lo hagan de esta manera. Me recuerda un poco a Coelho, aunque ni literariamente, ni temáticamente tengan mucho que ver, pero sí en las intenciones y en el efecto que producen.

Novela de lectura amable, con guiños constantes a los lectores de cultura media pero con ínfulas de cultura superior, trabajada con el estómago y no con el cerebro (el cerebro en la literatura, no en cómo vender más), narrada de forma fragmentaria innecesaria y gratuitamente, con un mensaje que, en el fondo, es el que todos queremos oír... No aporta nada. Sólo pasar un rato agradable. Eso sí, si eres de los que esperan de la literatura que sea una gran nube de azúcar, masticadita, que luego te permita irte a la cama bien contentito, sintiéndote un poco mejor, aunque el mundo siga siendo la misma mierda; éste es tu libro.

Comentarios

Juan Ares ha dicho que…
¡Ah, pues qué bien! Igual le echo un vistazo...

Entradas populares de este blog

¿Deben pagar los hijos los errores de sus padres?

Escribir en la cama

Nothing gold can stay